Está inspirada en cascadas y agua en el norte de Italia. Y es que el paisaje de Chiavenna está formada por numerosas cascadas que, para mí, son un elemento mágico y único de la naturaleza. Sólo hay que mirarlas fijamente para trasladarte al interior de esas impresionantes cascadas y sentir que estás dentro del agua.
Una obra inspirada en volcanes canarios, en su terrible dureza, en su fuerza destructiva, pero, al mismo tiempo en su impresionante belleza. Unos volcanes que, cada día, alcanzan una forma distinta. Si antes eran bellos, ahora lo son más.